El concepto del proyecto busca hilvanar diferentes actividades a través de un hilo conductor que es el eje rector del proyecto. La zona gastronómica del sitio se integra con el mar aprovechando el playón existente con un sistema de andadores que permite el paso de peatones sobre el mar.
Con el ajuste del sentido vial en una sola dirección, reduciendo el ancho de la calle a un solo canal, ampliando la banqueta y ciclovía y colocando la vía vehicular y peatonal a un mismo nivel se prioriza al peatón y al ciclista. Un nuevo borde andador en la alberca natural con una plataforma integra los restaurantes existentes convirtiendo el sitio en la Plaza Gastronómica. Se ubicaron espacios contemplativos en zonas, ya afectadas de la barrera de mangle para no intervenir la vegetación existente, siendo una de ellas la Plaza del Agua: una escalinata de piedra que permite al usuario acercarse al mar.
La imagen urbana del proyecto está compuesta de madera de zapote en muelles, piedra del sitio para los muretes y concreto con minerales locales logrando tonalidades similares a la piedra del lugar y un diseño de pavimento con tres distintos tonos ocres y arena.
La paleta vegetal responde a la preservación y potencialización de la identidad del sitio, generando acentos y zonas de transición con especies perennes y caducifolias, de porte medio y alto.