La Biblioteca Jaime García Terrés se localiza en una de las crujías del patio norponiente del antiguo edificio de la Ciudadela en la Ciudad de México. El espacio de planta rectangular tiene un área aproximada de 170m2 y 6.30mts de altura. Desde el inicio pensamos en el proyecto como una serie de objetos/piezas que, por su escala, peso y presencia, pudieran tener un diálogo tanto con los libros de la colección como con el edificio histórico. La biblioteca cuenta con aproximadamente 450 metros lineales de repisa para los más de 18 mil volúmenes que componen la biblioteca. En el espacio central se organizan libreros bajos, vitrinas, sillones y mesas para lectura. En el extremo poniente de la crujía, se desplanta un ‘cubo’ que permite otro tipo de lectura más íntima, con una reproducción de la mesa en la que trabajaba Don Jaime García Terrés y cajones para resguardar su archivo personal.
Para controlar el ingreso de la luz directa, se propone un plafón a manera de caja suspendida del techo, una especie de librero vacío que matiza la luz a través de una serie de parteluces modulados de la misma forma que el resto de los libreros. Es desde este plafón de donde se ilumina también artificialmente el espacio mediante un riel y luminarias que bañan los libreros de manera diagonal e iluminan los espacios de lectura y trabajo. El proyecto incluye una intervención artística a cargo de la artista Perla Krauze. La pieza titulada “Tiempo suspendido” está compuesta por aproximadamente 330 piedras de resina de distintos tamaños y colores suspendidas desde el plafón. Por las características de las piedras, la pieza se percibe como una nube de luz con brillos y reflejos que cambian de acuerdo a la iluminación interior de la biblioteca contrastando con la racionalidad ortogonal del resto de los elementos del proyecto. La propuesta busca honrar y reconocer la amplitud intelectual, editorial y creativa de Jaime García Terrés en un espacio sereno y elegante para la lectura y el estudio.